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Filosofía, religión y ciencia – Una solución integral a la crisis mundial (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

Después de leer el presente curso básico
de filosofía, lo invito para que las preguntas
del ABC de la Filosofía las construya
también con los conceptos paz y guerra,
corrupción y violencia,
felicidad y sufrimiento y verá qué útil es
la filosofía para vivir feliz y en paz.

Dos grandes Concepciones

Dependiendo de las respuestas, a las preguntas A, B y C,
es decir, Al ABC De La Filosofía, estamos
consecuentemente frente a una concepción filosófica
determinada, que lleva siempre implícita una actitud de
método
desarrollada en el literal C que comprende las preguntas de 1 al
10.

Una vez que se está de acuerdo con la respuesta
dada a las dos primeras preguntas (A. Y B.) se asume una
concepción filosófica; pero simultáneamente
surge la necesidad de dar respuesta a las siguientes preguntas
sobre la cognoscibilidad del literal C, sobre la posibilidad o no
de conocer el origen de todo; y es entonces cuando se asume una
actitud metodológica determinada.

Todo pensador, voluntaria e involuntariamente, se mueve
dentro de una concepción filosófica y una actitud
metodológica determinada como unidad de criterio, que es
lo que comúnmente conocemos como posición
filosófica.

La concepción filosófica y la actitud
metodológica no se dan aisladas, hay que entender su
interrelación. Explicar el origen del universo es una
concepción y la manera cómo buscamos las
explicaciones, es una actitud de método; sin embargo, la
concepción guía, dirige el método, son
inseparables e interdependientes. Haciendo esta indispensable
aclaración procederé a explicar brevemente las dos
concepciones filosóficas predominantes en la evolución del pensamiento
filosófico: la idealista y la materialista; sin entrar a
explicar todas las corrientes filosóficas derivadas como el
funcionalismo, el
positivismo,
etc. que desarrollo de
manera amplia en mi libro
SEMILLAS DE PAZ-Filosofía para todos.

Ser materialista o idealista en este contexto, es
diferente a lo entendido por el lenguaje
popular. En términos filosóficos ser materialista o
idealista depende de qué tan de acuerdo se está con
las respuestas dadas a las preguntas del ABC de la
filosofía.

Usted podrá deducir qué tan idealista o
materialista es, dependiendo de con cuáles respuestas se
siente más identificado.

Frente a la pregunta A ¿Prioridad del
ser o del pensar?

Los materialistas plantean que el ser es lo
primario y el pensar es lo secundario, que la materia es lo
determinante y el espíritu lo determinado; es decir, la
causa de nuestros pensamientos es el hecho de tener cerebro que
constituye materia, – sin dejar de reconocer que el pensamiento
posee una relativa autonomía en el proceso de
estancamiento o desarrollo del ser–.

Sin la materia no hay pensamiento, sostienen
enfáticamente los materialistas. El hombre
piensa porque tiene cerebro, afirman sin más
retórica. "El espíritu no es más que el
producto
supremo de la materia", afirmaba Frederick Engels. Lenin
decía: "Es materia lo que, actuando sobre nuestros
órganos materiales,
produce las sensaciones. La materia, la naturaleza, la
existencia, lo físico, es lo primario; el espíritu,
la conciencia, las
sensaciones, lo psíquico, lo secundario"

Para el materialista la vida no es más que una
forma especial de existencia de la materia, que se origina y se
destruye de acuerdo con determinadas leyes observables
mediante la experimentación científica.
Según el materialismo, la
vida es de naturaleza material, surge de la materia en el proceso
del desarrollo del mundo, como una nueva cualidad. La vida como
forma especial surgida del movimiento de
la materia no ha existido eternamente ni está separada de
la materia inorgánica. La materia nunca permanece en
reposo, se mueve constantemente, y en su permanente desarrollo se
eleva a formas cada vez más complejas y más
perfectas. La materia al elevarse de un peldaño a otro
superior, adquiere nuevas cualidades que antes no tenía.
La vida, es pues, para los materialistas una cualidad de la
materia resultante de un largo proceso evolutivo.

Los idealistas responden muy distinto a esta
pregunta sobre la prioridad del ser o del pensar; aseguran que el
pensamiento, o el espíritu es lo primario y determinante;
y el ser, o la materia es lo secundario y determinado; porque
afirman que la idea absoluta se materializa en la naturaleza, es
la causa de la naturaleza. Ésta no tendría
existencia, si no existe la idea absoluta, aseveran. Son
idealistas porque afirman que existe una conciencia exterior a la
mente, origen y causa de los fenómenos naturales,
incluyendo la propia conciencia humana. Sostienen que el
espíritu universal, el espíritu de una
época; por ejemplo, el espíritu del capitalismo,
del socialismo, es lo
que determina las circunstancias materiales de vida de la
sociedad que
vive bajo estos regímenes.

Frente a la pregunta B ¿Realidad objetiva o
subjetiva?

Los materialistas reconocen la existencia de una
realidad exterior a la mente humana y por tanto independiente de
ella. Esta concepción la asume quien sostiene que las
cosas existen independientemente de nuestro pensamiento; es
decir, que el mundo es una realidad objetiva, y que la podemos
conocer.

El conocimiento
de las leyes de la naturaleza y los fenómenos sociales,
comprobados por la experiencia, por la práctica, son
conocimientos veraces, que tienen el valor de
verdades objetivas. En el mundo no hay cosas incognoscibles, sino
cosas aún no conocidas; pero que la ciencia se
encargará de investigar y de dar a conocer, sostiene el
materialismo.

Frente a esta otra pregunta, los idealistas
vuelven a estar al otro lado con sus respuestas: Aseguran que la
naturaleza no tendría existencia, si no existe la idea
absoluta. El padre del idealismo, el
Obispo anglicano George Berkeley (1685-1757) nacido en Irlanda,
manifestaba: "La rosa no existe, lo que existe son sensaciones de
olor, color y forma".
Sostenía además, que el hombre piensa
porque tiene alma.
Berkeley, idealista por excelencia, se esfuerza en demostrar que
las propiedades que tienen las cosas varían según
el individuo; por
ejemplo, decía, un hombre que sufre de ictericia ve todo
amarillo lo que es rojo; si tiene fiebre encuentra
el agua
fría así esté tibia. Si una misma cosa puede
ser en el mismo instante fría y tibia, roja y amarilla,
ella sólo existe en nuestro pensamiento, concluían
los pensadores idealistas berkelianos. El sol lo vemos
plano y rojo y todos sabemos que no es así, explicaban. De
esta forma sostienen que el mundo es una realidad subjetiva.
Supeditan su existencia a los sentidos del
sujeto.

Frente a la pregunta ¿Qué es el ser?
Berkeley responde: "ser es ser percibido" indicando que el ser no
existe fuera de nosotros, de nuestra conciencia, de nuestras
percepciones.

Para Guillermo Federico Hegel (1770-1831)
el punto de partida es lo absoluto que lo constituye la
razón. Afirma que la razón es una potencia dinámica, llena de posibilidades que se va
desenvolviendo en el tiempo, es un
movimiento. El desarrollo de la razón o absoluto
constituye la dialéctica para Hegel.

Frente a la pregunta C. ¿Es cognoscible
la realidad total, y cómo?
Nos encontramos con
respuestas igualmente opuestas que ubican al pensador en una de
las dos actitudes
metodológicas más desarrolladas y conocidas: la
dialéctica y el mecanicismo.

Dialéctica

Tomado en su sentido etimológico el
término dialéctica viene del griego "dialegos" que
significa: el arte de dialogar,
de discutir, de hacer polémica para descubrir la verdad
poniendo de manifiesto las contradicciones implícitas en
la argumentación del adversario y superando las
contradicciones, mediante el diálogo
civilizado, pacífico.

En el siguiente contexto la dialéctica hace
referencia a un método de pensar de gran exactitud y
claridad. Estudiar el fenómeno del humano entre la paz y
la guerra, entre la felicidad y el sufrimiento en términos
de la dialéctica es estudiarlo en su movimiento y cambio
permanente y en su totalidad. Es importante difundir los principios del
método dialéctico, toda vez que en el mundo no
existen fenómenos aislados, por el contrario, todos ellos
están vinculados entre sí y se condicionan unos a
otros; por eso mi interés es
encontrar una explicación religiosa, filosófica y
científica a la actual crisis
mundial.

La dialéctica no considera ni la naturaleza ni la
sociedad como un conglomerado de objetos y fenómenos
desligados y aislados unos de otros y sin ninguna relación
de dependencia entre sí, sino como un todo articulado y
único, en el que los objetos y los fenómenos se
hallan vinculados y se condicionan los unos a los
otros.

Frente a la pregunta C, los dialécticos
responden: sí, sí es cognoscible la realidad de
manera gradual pretendiendo conocerla en su totalidad, con la
ayuda de la ciencia, tanto
en su movimiento aparente, como en su movimiento real; en la
forma, como en su contenido; las manifestaciones externas, como
sus conexiones internas; los efectos y las causas de todo cuanto
nos rodea.

Ningún fenómeno de la naturaleza ni de la
sociedad puede ser entendido, si se le enfoca aisladamente, sin
conexión con los fenómenos que le rodea. Todo
fenómeno puede ser explicado si se le examina en su
conexión indisoluble con los fenómenos circundantes
y condicionados por ellos; aseveran los
dialécticos.

Para lograr el objetivo 1A de
la humanidad necesitamos de la dialéctica, es decir
necesitamos contemplar la religión, la
filosofía y la investigación científica si queremos
dar una explicación integral a la crisis mundial y
encontrar soluciones
igualmente integrales.

Mecanicismo

Desde el punto de vista de la física, el
mecanicismo es una teoría
que explica la realidad física basándose en
movimientos de la materia debidos a la acción
y equilibrio de
fuerzas, es decir, en procesos
regidos por las leyes de la mecánica física; pero como tendencia
filosófica se ha dado en llamar mecanicistas a los
que separan las partes del todo para su estudio, a los que no ven
la totalidad como objeto de estudio, para quienes el movimiento
es un simple cambio de lugar, es desplazamiento; en otras
palabras, su actitud de método es contraria al de los
dialécticos como lo veremos en el momento de dar respuesta
a las preguntas del literal C, en el presente ejercicio
filosófico.

Definitivamente tiene implicaciones prácticas la
concepción filosófica asumida por una sociedad para
solucionar la actual crisis mundial. "Ha habido siempre" y
"habrá siempre violencia" son expresiones mecanicistas que
nos alejan de la paz. Solucionarlo todo con violencia es una
forma mecanicista de ver las cosas. Destruir en vez de
transformar es ser mecanicista. Creer que los religiosos no deben
participar en la vida política y
económica de una sociedad es ser mecanicista, es aislar en
parcelas a los humanos.

Le recuerdo que la concepción filosófica y
la actitud metodológica no se dan aisladas, hay que
entender su Interrelación. Explicar el origen del
universo es una concepción y la manera cómo
buscamos las explicaciones, es una actitud de método. La
concepción guía, dirige el método, son
inseparables, se retroalimentan, no lo pierda de
vista.

Veamos de manera breve las respuestas dadas a las 10
subpreguntas:

¿En su apariencia o en esencia?

Los dialécticos aseguran que la realidad
es cognoscible sin límite, tanto en su apariencia como en
su esencia

Los mecanicistas dividen el todo en sus partes,
son incapaces de concebirlo en su conjunto, responden que es
cognoscible la realidad con límite porque sólo
podemos explicar el movimiento aparente, más no el
movimiento real; la forma, pero no el contenido; las
manifestaciones externas, pero no sus conexiones internas; las
leyes formales, más no las leyes de desarrollo; los
efectos, pero no las causas.

¿En Movimiento?

Aclaremos. Movimiento: literalmente es
desplazamiento de un lugar a otro. Cambio, es paso de una
forma a otra, de un estado a otro.
Isaac Newton
(1642-1727) descubrió las leyes del movimiento y de la
mecánica y sostuvo que todo puede medirse y
cuantificarse.

Los dialécticos no conciben nada estancado
e inmutable, en reposo, quieto, inmóvil. Todo está
en perenne movimiento, dicen. Aún lo que nos parece
inmóvil se mueve; se mueve con el movimiento de la tierra
alrededor del sol, y se mueve en el movimiento de la tierra sobre
sí misma. "Nada queda donde está, nada permanece
como es. No existe nada definitivo, absoluto, consagrado"
,
afirmaba Engels. Cada cosa tiene un pasado y un porvenir. Lo que
es joven se hace viejo; lo que hoy tiene vida, muere
mañana, y nada existe, para la dialéctica,
más que el proceso ininterrumpido del devenir y de lo
transitorio. Nada es eterno salvo el cambio,
sostienen.

Ver la evolución de las creencias religiosas,
del pensamiento filosófico, y de las investigaciones
científicas en estos términos sí que nos
ayudará muchísimo para el logro del objetivo 1A de
la humanidad. Ver no sólo desde el punto de vista de sus
relaciones y condicionamientos mutuos, sino también desde
la perspectiva de su movimiento, de sus cambios y de su
desarrollo, de su nacimiento y de su muerte.

Los dialécticos aceptan el movimiento sin
límite, como desplazamiento y cambio. Conciben la realidad
en movimiento en espiral tanto cuantitativo como cualitativo. El
movimiento como unidad de contrarios, como resultado de las
contradicciones internas. Afirman que es posible conocer tanto el
movimiento aparente, como el movimiento real de todo.

Los mecanicistas consideran al universo como si
estuviera relativamente fijo; aceptan el movimiento con
límite, esto es, reconocen un movimiento cuantitativo y
circular como el nacimiento, el desarrollo y muerte en los seres
vivos. El movimiento no lo reconocen como resultado de las
contradicciones internas, sino como desplazamiento. Sólo
podemos conocer el movimiento aparente, más no el
movimiento real, sostienen.

Los líderes de todas las religiones no
se han percatado que las condiciones materiales y espirituales de
vida de la humanidad son diferentes a cuando fueron escritos sus
respectivos libros
sagrados.

¿Y Cambio?

Los dialécticos conciben el cambio como
evolución y salto, resultado de las contradicciones
internas. La naturaleza y los fenómenos sociales tienen su
lado positivo y su lado negativo, su pasado y su futuro, su lado
de caducidad y su lado de desarrollo. En la lucha entre estos
lados contrapuestos se dan transformaciones cuantitativas y
cualitativas.

¿Qué pregunta podemos formular nosotros a
propósito? A manera de ejemplo yo formulo estas:
¿Podemos concebir una nueva concepción
filosófica y teológica? ¿O sólo
queremos estar de reforma en reformas circulares, pero no en
espiral? ¿Hay transformaciones cuantitativas y
cualitativas en las sociedades que
le permitan ver soluciones no violentas?

¿Si la sociedad se halla en incesante
movimiento y desarrollo, si lo viejo se extingue y lo nuevo se
fortalece, tendremos una sociedad progresista al concebir una
nueva concepción filosófica y teológica?
¿Después del fracaso del socialismo en el
ámbito mundial, podemos pensar en un capitalismo menos
explotador, menos salvaje? ¿Mirando hacia atrás
podemos ver un mejor futuro?

Envíeme por favor sus comentarios y preguntas
elaboradas con base en esta respuesta de los dialécticos,
pensando en el objetivo 1A de la humanidad.

Los mecanicistas aceptan el cambio de la realidad
con límite también, como evolución y no como
salto. El cambio no lo reconocen como resultado de las
contradicciones internas, porque son negadas mediante la
manipulación de la lógica
formal.

¿En sus contradicciones, en la
oposición de los contrarios?

Dos cosas contrarias como la vida y la muerte
sí pueden existir al mismo tiempo, afirman los
dialécticos
. En los seres vivos unas células
mueren para ser reemplazadas por otras. En los cadáveres,
la vida no desaparece completamente, algunas células
continúan viviendo, y otras dan lugar a más vidas.
Cada cosa se contiene a la vez ella misma y su contrario, porque
en ella coexisten fuerzas opuestas, antagónicas. Las cosas
cambian porque contienen la contradicción. Las cosas se
transforman, evolucionan porque están en
contradicción con ellas mismas, porque llevan en sí
su contrario. Todos los fenómenos llevan siempre
implícitas contradicciones internas, todos tienen un
pasado y un futuro, un lado positivo y uno negativo, un aspecto
que caduca y otro que se desarrolla, uno que agoniza y otro que
nace; son respuestas de los dialécticos.

Estos términos usados en esta respuesta
sí que son inspiradores para pensar en el objetivo 1A.
Sí que nos está haciendo falta pensar en esta forma
cuando de la paz y de la guerra, de la felicidad y el sufrimiento
se trata. ¿Dos cosas contrarias como lo que piensan los
que ostentan el poder
político y los que están en la oposición,
pueden convivir pacíficamente? Es hora de que la humanidad
empiece a superar el reformismo estático.

La ignorancia y el
conocimiento son dos cosas contrarias; pero la ignorancia se
puede transformar en conocimiento logrado por la ciencia. No hay
conocimiento absoluto, todo saber contiene
ignorancia.

Continúe por favor con este ejercicio
filosófico y ayúdeme a encontrar el camino que
tenemos que recorrer, esta propuesta de paz y felicidad universal
pretende ser como la lucecita de una pequeña linterna que
señala el inicio del camino; pero cada humano tiene que
ponerle baterías recargadas.

Los mecanicistas afirman que dos cosas contrarias
no pueden existir al mismo tiempo; por eso rechazan la
contradicción. Ven el mundo inmóvil y muchos
afirman: "No hay nada nuevo bajo el sol". Todo es un retorno
periódico a los mismos acontecimientos,
para ellos la historia es un eterno
recomenzar. Creen que la manera de razonar del humano actual es
la misma que la del humano de las cavernas. Se atreven a sostener
que los hombres siempre son los mismos con idénticos
problemas.

Cuando se es mecanicista tanto los que ostentan el
poder político y religioso y los que lo desean obtener
piensan que el contrario no puede existir y por eso se dan las
guerras para
eliminarlo. ¿Será que no podemos existir los que
pensamos diferente? Acordemos como vamos a superar con la verdad
y nada más que la verdad nuestras diferencias. No nos
digamos cosas ilógicas, no más sofismas.
¿Será que no vamos hacer capaces de convivir en
paz?

¿Como cosas idénticas o
diferentes?

Los dialécticos afirman que las cosas no
son idénticas. Heráclito (544-484 a. de C.) considerado el
padre de la dialéctica decía: "Nada está
inmóvil, todo fluye; jamás nos bañamos dos
veces en el mismo río, porque éste nunca es en dos
instantes sucesivos el mismo"

Los mecanicistas afirman que las cosas son
idénticas, nunca se transforman, siempre son las mismas.
Una manzana siempre es una manzana, decían; desconociendo
que puede convertirse en árboles
a través de sus semillas y que por último
terminará pudriéndose para servir de abono a nuevos
manzanos.

Este tipo de razonamiento nos sirve para deducir que
no podemos seguir aplicando las mismas medidas para solucionar
problemas aparentemente iguales e inalterables en el
tiempo.

¿En sus divisiones eternas e
infranqueables?

Los dialécticos no reconocen las
divisiones eternas e infranqueables entre las cosas. Todas son
interdependientes, están vinculadas, están
inter-relacionadas, sostienen.

Ningún fenómeno puede ser comprendido si
se le estudia aisladamente, sin conexión con los
fenómenos que le rodean. Todo fenómeno debe ser
estudiado en su conexión indisoluble con los
fenómenos circundantes.

Los mecanicistas sí establecen divisiones
infranqueables entre las cosas.

No incluir a todos los sectores generadores de
violencia, es una forma mecanicista y equivocada de buscar la paz
y la felicidad universal. Buscarle soluciones a la violencia, sin
tener en cuenta absolutamente todos los factores objetivos y
subjetivos que la generan, es ser mecanicista. Lo religioso, lo
filosófico, lo científico, lo psicológico,
lo político, lo ideológico, lo económico,
etc. en el mundo, está fuertemente ligado en una
interdependencia recíproca; por ello lo
desarrollaré en lo esencial más
adelante.

¿La podemos conocer en el espacio y en el
tiempo?

Los dialécticos aseguran que la materia
existe en el espacio y en el tiempo; no imaginan algo que no
esté ocupando un espacio en un instante. El espacio no
está en nosotros, nosotros estamos en el espacio,
aseguran. El tiempo es una condición indispensable para el
desarrollo de la vida y por tanto la materia existe fuera de
nuestro pensamiento en el espacio y en el tiempo. La materia no
puede moverse de otro modo que en el espacio y en el tiempo,
reiteran.

Emanuel Kant (1724-1804)
nacido en la ciudad de Koenigsberg en la Prusia Oriental
decía al respecto: "El espacio es trascendental porque
existe en sí y por sí, independiente de mí.
Espacio y tiempo son las formas o moldes que condicionan nuestra
sensibilidad, nuestra facultad de tener percepciones, condiciones
que el sujeto impone a las cosas para poderlas conocer. Podemos
pensar el espacio sin cosas, pero no viceversa, o sea que el
pensamiento de las cosas supone ya el espacio. Lo mismo sucede
con el tiempo: podemos pensarlo sin los acontecimientos, pero no
podemos pensar acontecimientos sin tiempo. No podemos nunca
hablar de las cosas en sí mismas. Siempre tendrán
que estar recubiertas de espacio y tiempo. No hay ninguna cosa en
el tiempo y en el espacio que sea eso que llamamos
alma."

Los materialistas entienden el presente como un punto
límite que perpetuamente se mueve entre el pasado y el
futuro. La muerte continua de los instantes hace posible la
duración. El presente, el pasado, el porvenir y la
duración concreta son elementos del tiempo.

Los mecanicistas responden que el tiempo y el
espacio son ideas que están en nuestro
espíritu.

¿En su desarrollo histórico, en el
proceso?

La palabra proceso deriva del latín processus y
significa marcha hacia adelante. Existe el encadenamiento de
procesos, todo influye sobre todo, hay reciprocidad en los
procesos.

Los dialécticos dicen que nada está
acabado, es siempre el fin de un proceso y el comienzo de otro
proceso, siempre en vías de transformación, de
desarrollo.

La religión, la filosofía, la ciencia,
la naturaleza y la sociedad deben verse como un encadenamiento de
procesos desarrollado en el tiempo, y el motor que
actúa para crear este encadenamiento es el auto
dinamismo.

Los mecanicistas ignoran el desarrollo
histórico en el análisis de la realidad.

Subrayé: todo influye sobre todo, porque hay
reciprocidad en los procesos, para lograr el objetivo 1A de la
humanidad. Considerar al humano con una naturaleza fija,
inmodificable; lleva a creer que la guerra y el sufrimiento es
inevitable. Al hombre de hoy los mecanicistas lo imaginan
idéntico a como lo será en dos mil o tres mil
años más tarde. Siempre ha habido ricos y pobres,
esclavos y libres afirman equivocadamente para legitimar de
manera mecanicista la injusticia.

¿Para qué conocer la
realidad?

Los dialécticos responden que para
transformarla; no sólo debemos explicarla, sino
también transformarla, nos recomiendan.

Recomendación que hago extensiva al mundo
mediante la aplicación, en beneficio de la paz y la
felicidad universal, de varios descubrimientos científicos
logrados ya, de la evolución del pensamiento
filosófico y de la renovación de las creencias
religiosas.

Para los mecanicistas la acción humana es
más de contemplación que de transformación,
contrario a los dialécticos.

Definitivamente tiene implicaciones prácticas
la concepción filosófica asumida por una sociedad
para solucionar sus conflictos.
Creer que la sociedad humana es egoísta por naturaleza y
por siempre, es desconocer que si el humano individualmente
cambia ésta también cambia.

¿Existe o no existe Dios como creador de
todo lo cognoscible e incognoscible? ¿Fuimos creados o
somos sólo evolución?
En esta gran
pregunta están incluidas: ¿Quienes somos?
¿De dónde venimos? ¿Para dónde vamos?
Etc.

Los materialistas dialécticos aseguran que
no hay método, forma o manera de probar la existencia de
Dios y entonces niegan su existencia. Dios es una creación
del cerebro humano, afirman. No le atribuyen a Dios la
creación de la materia ni de los humanos.

Los idealistas mecanicistas responden esta
pregunta apoyados en la metafísica; concepto que
definiré brevemente.

Metafísica: deriva del griego meta, que
quiere decir «más allá», y de
física ciencia que estudia los cuerpos, sus leyes y
propiedades. Los idealistas mecanicistas explican el origen de la
realidad más allá de lo físico, lo atribuye
a creación de un espíritu puro llamado Dios. No
sólo aceptan su existencia sino que también afirman
que como espíritu puro es el creador de los cielos y de la
Tierra y todo cuanto en ella existe. El alma pertenece a Dios y
por ello es inmortal, aseguran.

Por esta respuesta los idealistas mecanicistas han sido
llamados también idealitas
mecanicistas-metafísicos.
Expresión que
usaré hasta cuando el lector comprenda la necesidad de
suprimir este parche conceptual.

Jenófanes (570-470 a. de C.) afirma que Dios es
lo uno. A él se le atribuye ser el primero en haber
determinado la Esencia Absoluta. A él se reconoce como
autor de las siguientes frases: "El todo es Uno, y Dios ha
sido inculcado a todo; es inmutable y carece de principio, medio
y fin" "Entre los dioses hay un Dios máximo; y es
máximo también entre los hombres; no es por su
traza ni su pensamiento a los mortales semejante. Todo Él
ve; todo Él piensa; todo Él oye; todo es
pensamiento, razón y eterno"

En la filosofía medieval, la metafísica
fue asimilada y fusionada con la teología.

¿Tiene algo que ver la capacidad del hombre para
filosofar o conocer la realidad, con la existencia o no de Dios?
Sobre esto reflexionaré más adelante y esta es la
razón del subrayado y resaltado en letra cursiva de esta
décima pregunta.

Los
escépticos

Como en todo, no podían faltar los
escépticos que no creen en nada y niegan la posibilidad
que tiene el humano para conocer el universo y
todos sus fenómenos y se les llamó
agnósticos (del griego a: negación, y gnóstico: capaz de conocer) es decir,
incapaz de conocer, todo para ellos es incognoscible y por tanto
se les dificulta concebir la solución a la crisis mundial.
Sostenían que no se tiene certidumbre de si el mundo es
espíritu o materia. Solo podemos conocer las apariencias de
las cosas, más no la realidad. Captamos a través de
los sentidos la «cosa para nosotros»; pero no la
«cosa en si» independiente de nosotros, con su propia
existencia.

Imaginaban dos hombres con lentes de diferentes colores cada uno
sobre la nieve, sin podérselos quitar nunca; para
argumentar que jamás podrían conocer el color de la
nieve en si, el color de la nieve dependía del color de
sus lentes.

Un objeto se hace pequeño a nuestra vista en la
medida que nos distanciamos de él, sin que su verdadero
tamaño se altere, aseveran. Nunca podemos estar seguros de nada,
porque la ciencia a menudo se equivoca. Error ayer, verdad hoy,
pero error mañana.

El escepticismo de los agnósticos aconseja al
hombre no afirmar ni negar nada; porque el no adherirse a ninguna
opinión puede proporcionarle paz interior. Rechazo este
tipo de paz interior por ser simplista y propia de los
indiferentes que a nada se comprometen.

Los errores de los sentidos y de la inteligencia
argumentados por los agnósticos, se conoció como el
pirronismo; en contraposición del dogmatismo llamado
también racionalismo
que asegura que somos capaces de conocer muchas verdades.
¿Le parece racional?

Los que sostenía que solamente podemos conocer
las cosas sensibles se les llamó sensualistas. Esta
doctrina fue sostenida por Gorgias Epicuro en la antigüedad;
Guillermo de Occam en la edad media y
John Locke,
Condillac, Hume y Stuart Mill en la filosofía
moderna.

A los agnósticos se les ubicó
también dentro de la actitud metodológica
mecanicista-metafísica
.

¡Qué mecanicistas que somos con nuestra
indiferencia, con nuestra falta de compromiso social! Amigo
lector, hasta aquí, ¿Qué tan materialista,
idealista o agnóstico se considera?

Hasta donde hice revisión bibliográfica no
encontré este ejercicio intelectual, por eso
consideré necesario hacerlo, para facilitar el aprendizaje de
la filosofía.

Los humanos necesitamos muchos siglos para llegar a
plantearnos el objetivo de la filosofía en estos
términos; por ello aunque hoy algunas respuestas nos
parezcan absurdas, ellas obedecen al desarrollo del pensamiento
humano después de varios milenios de existencia; y como
tales merecen respeto y
gratitud porque el conocimiento es acumulativo, nos beneficiamos
de los estudios del pasado. Según avanza el conocimiento
humano, sus explicaciones (teorías) cambian en el transcurso de su
historia.

Curiosamente algunas respuestas nos parecen absurdas,
sin embargo no nos percatamos de que con nuestras acciones
estamos afirmándolo. Ya comprenderá esta
afirmación.

En el campo del razonamiento, nada es absoluto, nada
está terminado, no existen verdades puras y completas,
todo es un proceso donde no cabe ni el fanatismo religioso ni la
prepotencia científica, todo está sujeto a
revisión y mientras más permanente se haga,
más cerca estamos a conocimientos sólidos acerca de
la realidad objetiva y subjetiva.

Subrayé y escribí con letra cursiva esta
pregunta: 10) ¿Existe o no existe Dios como creador
de todo lo cognoscible e incognoscible? ¿Fuimos creados o
somos sólo evolución
? Para que
reflexionemos con ambos hemisferios cerebrales y decidamos si la
dejamos dentro del esquema filosófico planteado por
siglos, aceptando sin cuestionar y seguir sufriendo todo el
daño
que nos acarrea o le buscamos otro sitio.

Es necesario que no pierda de vista que el orden en la
formulación de las preguntas del ABC de la
filosofía se hizo para facilitar el aprendizaje de la
filosofía; por lo tanto es fácil comprender que
esta última pregunta pudo haberse formulado de primero y
que cualquier respuesta condiciona o predispone al pensador para
dar respuesta a las otras.

La respuesta a esta última pregunta en el esquema
planteado es la causa de la rivalidad existente entre los humanos
de fe y los filósofos; por eso me he propuesto
compartir con usted algunas reflexiones para decidir si la
movemos y a dónde.

Ya vimos qué es una posición
filosófica
, ahora veamos cuándo se es
consecuente o inconsecuente dentro de una determinada
posición; para poder entender por qué hay una pelea
casada entre filósofos y científicos con los
religiosos; y cuáles son las graves consecuencias de esta
rivalidad para el progreso material y espiritual de la
humanidad.

¿Qué es ser consecuente o inconsecuente
dentro de una posición filosófica?

Dentro de una misma concepción filosófica
se puede ser inconsecuente si únicamente está de
acuerdo con una o varias de las respuestas a las preguntas que yo
he resumido en el ABC de la filosofía. Imaginen entonces
lo difícil que es ser consecuente dentro de una
concepción filosófica, porque ello implica estar
absolutamente de acuerdo y de manera integral con todas las
respuestas de una posición filosófica.

Marx y Engels afirmaban que para ser consecuentes, los
materialistas deben ser dialécticos y los idealistas deben
ser mecanicista-metafísicos. Decían que Hegel
acierta en decir que el pensamiento y el universo están en
perpetuo cambio (dialéctica), pero que se engaña al
afirmar que son los cambios en las ideas los que determinan los
cambios en las cosas (idealista). Y lo rectificaban diciendo que
son las cosas las que nos dan las ideas (materialista) y
éstas cambian porque las cosas se transforman
(dialéctica)

Marx y Engels afirmaban que lo más obvio,
consecuente, racional es que si usted asume una concepción
filosófica materialista, su actitud de método sea
dialéctica. Afirmaron que el materialismo
dialéctico está contenido dentro de la naturaleza,
dentro del humano y su proceso social; y a esto lo llamaron
materialismo
histórico. Fue algo así como descubrir los diez
mandamientos; pero no siempre cumplimos con ellos. Marx y Engels en
muchas de sus afirmaciones no son absolutamente materialistas
dialécticos; sin embargo ellos obligaban a serlo.
Sólo conciben dos respuestas totalmente opuestas,
contradictorias e irreconciliables.

Para hacer irreconciliables estas dos grandes tendencias
filosóficas, presentan el materialismo dialéctico
como una respuesta científica y el idealismo
mecanicista-metafísico como la respuesta no
científica; y afirmaban que el idealismo nace de las
concepciones limitadas del hombre, de su ignorancia; mientras el
materialismo permite superarlas.

Explicaban, que los inconsecuentes son aquellos
que adoptan una concepción filosófica con un
método contrapuesto, así: los idealistas cuya
actitud de método es dialéctica (Hegel, por
ejemplo), y los materialistas cuya manera de conocer la realidad
es mecanicista-metafísico.

A los científicos que cumplían con "todas"
las características de una concepción
filosófica materialista y la actitud metodológica
dialéctica; pero que cometían el error,
según Marx y Engels, de creer en Dios, se les calificaba
de "materialistas vergonzantes". ¡Qué vergüenza
ser científico y creer en Dios! Según
ellos.

Insistían que para ser consecuentes
debían abandonar su creencia en Dios. Ciencia y Dios se
oponen absolutamente para los marxistas. A los hombres de ciencia
que no creían en Dios se les alentaba y felicitaba
llamándolos materialista conscientes y
consecuentes.

Pasteur y Branly dos grandes científicos
materialistas que según Marx cometían el error de
creer en Dios, eran tildados de inconsecuentes, vergonzantes;
porque para ser consecuente, repito, estaban obligados a no creer
en Dios. Porque en su esquema filosófico tienen la
pregunta sobre Dios. Recuerde lo resaltado con letra cursiva y
subrayado para llamar la atención de la negación de la
existencia de Dios dentro de la actitud de método
dialéctico.

Descartes, materialista, afirmaba que los animales eran
máquinas de carne y hueso; el mismo
Descartes,
pero idealista, sostenía que el hombre piensa porque tiene
alma; él era materialista inconsecuente y vergonzante para
Marx y Engels.

A los jóvenes los seducían
afirmándoles que "la convicción de toda la juventud
culta" es ser materialista consecuente, es decir, no creer en
Dios.

La evolución del pensamiento filosófico ha
demostrado que nadie puede ser "consecuente" por siempre y del
todo. Nadie puede ser absolutamente materialista
dialéctico, porque para el materialismo dialéctico
nada es absoluto. No hay garantía de que una verdad lo sea
por siempre. De acuerdo a las circunstancias materiales de vida,
al momento histórico que le correspondió vivir a
Marx y a Engels, sus teorías tenían
correlación dialéctica con la realidad
histórica. Marx y Engels no fueron materialistas
dialécticos de manera integral, en mi libro El ABC de la
Filosofía lo sustento con muchos argumentos. Advierto que
su obra conjunta es grande; pero como producto de cualquier
humano son falibles. Después de ellos se han logrado
excelentes descubrimientos científicos que influyen en la
actualización de las conexiones neuronales de los humanos
suficientes para concebir una nueva concepción
filosófica.

Aclaro que me parece inobjetable el materialismo
dialéctico hasta cuando da respuesta a la pregunta
número 10, pero invito a que revisemos, lo que he
subrayado con letra cursiva en las respuestas de la actitud
metodológica sobre la creencia o no en Dios y nos
preguntemos: ¿En siglos pasados y en el presente,
qué tanto le afecta al científico en el laboratorio,
su posición frente a Dios?

Para poder dar respuesta a esta última pregunta
reflexionemos un poco sobre la relación entre la ciencia,
la filosofía y la religión.

Relación ciencia y
religión

Cuando el humano (hombre o mujer) de ciencia
entra al laboratorio y encuentra moléculas de hidrógeno y de oxígeno
y las combina en la proporción adecuada (dos y una: H2O) y
bajo las condiciones de temperatura
precisas, siempre obtendrá agua, no
importa para nada si cree o no en Dios.

La creencia o no-en Dios en nada afecta el
método, la forma o la manera como se llega al
conocimiento.

Todo el mundo ante la ciencia tiene los mismos derechos, no importa si cree
o no cree en Dios, basta que pueda y quiera
investigar.

La ciencia, indiscutiblemente, contribuye al progreso de
la humanidad, no importa si el científico cree o no en
Dios; lo que sí importa, y mucho, es el progreso material
y espiritual de los humanos si sumamos recursos
materiales e intelectuales
de los religiosos y científicos.

La realidad se impone, ella es, independientemente de la
capacidad del humano para explicarla. Sea o no sea
creación de Dios, ahí está para ser
investigada, con la capacidad limitada o amplia de la humanidad;
y obviamente se amplía si los líderes de todas las
religiones
deciden invertir también en la
investigación científica.

Dios no deja de existir porque el humano sea incapaz de
demostrar su existencia, así como existen planetas que
no ha podido identificar aún. La inexistencia de prueba
científica de que Dios existe no prueba la inexistencia de
ÉL.

Aunque usted, particularmente, desconozca la medida de
la luz (voltios) no
lo autoriza para que niegue su existencia. Desconocer la unidad
de medida del espíritu no nos debe llevar a concluir que
no existe, porque nos hace mecanicista, es decir,
antidialéctico.

Las cosas se transforman en su contrario
independientemente de que aceptemos que fueron creadas o pensemos
que son resultado de la evolución. Nada se destruye todo
se transforma en movimiento perenne, aceptémoslo o no y es
independiente de quien lo crea.

Saber que la naturaleza y los fenómenos sociales,
evolucionan, se crean a sí mismos de modo infinito a
partir de sus contradicciones, es independiente de cualquier
creencia religiosa. Le recuerdo que la aplicación del
materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos
de la vida en sociedad, al estudio de la historia de la sociedad
humana se le conoce como materialismo
histórico.

Hoy en pleno siglo XXI es fácil comprender que el
método, la forma o la manera de explicar la existencia del
mundo, de la naturaleza y del humano no tienen nada que ver con
que sea creación de Dios o producto de la
evolución.

Dios y la evolución existen independientemente de
nuestra capacidad científica de demostrar su existencia;
independientemente de cuál sea la concepción
filosófica del humano. Antes de Charles Robert Darwin
(1809-1882) la evolución venía en proceso, se
estaba dando, sólo necesitaba que alguien se interesara
por descubrirla y plantearla en términos más
concluyentes.

La ciencia aporta verdades a la filosofía y le
quita supersticiones a la religión. La ciencia nos permite
demostrar por la observación y la experimentación la
realidad objetiva de algunas cosas del mundo, más no
todas. Lamentablemente algunas organizaciones
religiosas con mucho poder político y económico han
estado luchando en contra de la ciencia, en contra de todo lo que
conduzca al descubrimiento de verdades científicas que
invalidan afirmaciones religiosas.

La ciencia se vale de extrapolaciones de pequeños
descubrimientos que requieren de una buena dosis de fe para
volverse intelectualmente aceptable, un tanto sucede con la fe
requerida para aceptar afirmaciones religiosas. El punto de vista
religioso está basado en axiomas no demostrados y no
comprobables, igual que la ciencia está lejos de demostrar
y comprobarlo todo.

Todo lo que no sea medible no existe para la ciencia;
por lo tanto la ciencia no está en capacidad de dar
respuestas a todas las preguntas, su alcance es bastante
limitado. Disciplinas como la historia, la sociología, no se pueden someter
completamente al método
científico, pero ellas son realidades para la
humanidad. En cambio en disciplinas más susceptibles de
comprobación experimental como la química, la
física y la biología ha logrado
grandes avances.

Pretender negar la existencia de lo que no podemos
comprobar mediante la ciencia es creer que podemos tener la
verdad absoluta; y la misma ciencia ha verificado que lo que
antes se daba como verdad ella ha demostrado la
equivocación.

Desde el siglo XVI se cree que la ciencia es atea y que
necesariamente los científicos deben serlo también;
porque siempre se relacionó la religión como
sinónimo de ignorancia y como respuesta no
científica a las preguntas filosóficas. Hoy
iniciando el siglo XXI, cuando la ignorancia es menor por el
avance de la ciencia, contrario a lo que se creía cuando
los materialistas dialécticos estaban en todo su apogeo,
la fe en Dios crece.; dejando al descubierto que la creencia en
Dios no es obstáculo para investigar la realidad y obtener
buenos resultados; pero sí se avanza menos con la
separación del humano de fe de los de ciencia.

El hecho de que la civilización humana ha
avanzado científica y culturalmente en grado sumo y
aún así la fe en Dios crece, pone en duda de que la
creencia de los humanos primitivos en Él, sea sólo
el resultado del poco desarrollo de la ciencia.

Oponerse a la ignorancia abrazando a la ciencia no nos
exige, no requiere desconocer la existencia de Dios. Es falso
creer que la ciencia nos aleja de Dios, el humano es quien ha
rechazado a Dios en su prepotencia por lo
científico.

"Toda la naturaleza nos grita que Dios existe; si no
existiera habría que inventarlo"
vociferaba Voltaire
(1694-1778) el más célebre enciclopedista del siglo
de las luces (siglo XVIII).

Carl Sagan, científico de renombre internacional,
antes de morir en diciembre de 1996, afirmaba: "La ciencia no
sólo es compatible con la espiritualidad sino que es una
fuente de espiritualidad profunda. La idea de que la ciencia y la
espiritualidad se excluyen mutuamente de algún modo presta
un flaco servicio a
ambas"
.

Parece que nuestro gran científico también
soñaba con la unión de la ciencia y la
religión, porque separar la ciencia de la espiritualidad
es un gravísimo error; ya que la explicación de
todo cuanto existe, es una síntesis
de la visión científica y espiritual del
universo.

Fe es aceptar algo como verdadero así no podamos
demostrarlo. Esta definición constituye una
oposición a lo científico; por lo tanto debemos
replantear su significado. La ciencia y la religión buscan
una primera causa; entonces, qué mejor que trabajar
juntas.

Lo que no le gusta a la gente es que la ciencia, muchas
veces, desafía creencias arraigadas, le contraría
su sentido común, le desbarata sus doctrinas, le desmonta
la perfección de los humanos como creación divina;
y, ante todo les daña el negocio a los que se lucran con
la ignorancia de las mayorías. Durante mucho tiempo se
creyó que los esclavos lo eran por naturaleza y por
decreto divino para justificar las grandes utilidades obtenidas
con su comercio; sin
embargo al acabarse la compra y venta de
esclavos, la humanidad encontró otras actividades
mercantiles. Yo garantizo que los líderes de todas las
organizaciones religiosas no quedarán en la miseria por
acoger y promulgar una nueva concepción filosófica
y teológica planteada en este ensayo; y muy
por el contrario anticipo que al contribuir a la felicidad y
convivencia pacífica de la humanidad todos saldremos
ganando.

El humano se debe valer de la ciencia para descubrir las
maravillas de todo lo creado; no es un creador; y debe deleitarse
con los libros sagrados de todas las religiones para conocer al
Creador. Nos guste o no, necesitamos de la ciencia para salir de
la ignorancia; y de la religión para satisfacer
necesidades espirituales.

Dios y ciencia son dos conjugaciones de un mismo verbo:
construir. Dios y ciencia son dos factores necesarios para el
progreso de la humanidad. La evolución es la
aplicación de toda la sabiduría científica
de Dios. La ciencia necesita de la revelación divina y
Dios se apoya en la ciencia para mostrar su grandeza.

El religioso no debe oponerse a la investigación científica; el
científico no debe desechar los recursos espirituales.
Adquirir conocimientos meramente intelectuales sin una
visión espiritual lleva a la desesperanza, al pesimismo,
al pánico;
es un conocimiento finito. El realismo
netamente físico de la presente Era, es una etapa del
proceso evolutivo de la humanidad que debemos trascender cuanto
antes.

El religioso que no concibe que los humanos fuimos
creados por Dios dentro de un proceso evolutivo con la misma
fórmula con la que creo a todos los seres vivos de la
Tierra, ignorando toda la evidencia científica actual, se
molesta cuando los científicos afirman que: "El humano
es un estado de la materia, una forma de vida, una clase de
animal y una especie del orden de los primates, parecido en
alguna forma cercano o distante a todo lo que es vida y de hecho
a todo lo que es materia" (
Biólogo Dr. George Gaviord
Simpson).

Desconocer al Padre Espiritual como nuestro Creador,
hace que el proceso de investigación en la ciencia sea una
experiencia limitada en recursos
humanos y financieros. El religioso que rechaza los logros de
la ciencia está limitando su visión de la obra
divina. La ciencia y la religión unida nos
permitirán gozar de milagros científicos. El
ocuparnos exclusivamente de cosas materiales nos ha hecho seres
vacíos de fe y sin esperanzas. Nuestro mayor problema, en
el presente siglo, no es la escasez de
recursos materiales, sino que estamos demasiados ocupados en su
consecución; que nunca tenemos tiempo para la
meditación espiritual y la devoción
religiosa.

Un trabajo
científico y religioso concomitante amplía el
horizonte material y espiritual de la humanidad.

Negar la existencia de planetas aún desconocidos
por el humano es igual que negar la existencia de Dios,
aún en proceso de verificación científica.
La investigación científica esta empeñada en
un largo proceso que a la postre nos ayudará a comprender
la obra del Ser Supremo.

El hecho de que sentimientos humanos como la humildad,
el orgullo, etc. no puedan ser medidos por la ciencia no
significa que no existan. La revelación divina no existe
para la ciencia y muchos científicos alejan los recursos
de inversión de los humanos de fe al afirmar
que los profetas que han dado origen a varias religiones son
sicóticos auto-convencidos. El bien y el mal (imposibles
de medir) no existen para la ciencia. Los científicos no
creen en las revelaciones y apariciones de ángeles; no
creen en los milagros. Desde el punto de vista estético la
belleza y la fealdad es real y significativa; pero carece de
significado para la ciencia, porque no la puede medir. Pero
indudablemente existen humanos humildes y orgullosos, buenos y
malos, bellos y feos, ateos y creyentes, profetas y perseguidores
de profetas, etc.

Si hoy es para el humano desconocida la constitución del espíritu, no indica
que éste no existe, porque a diario sentimos que somos
materia y espíritu. Ni Marx ni Engels lo negaron. Negaron
la existencia de Dios, pero nunca negaron la existencia del
espíritu como parte constitutiva del humano, aunque le
dieron otras connotaciones. Durante milenios desconocimos la
constitución del átomo, y
ello no produjo su inexistencia.

Lo que más le disgusta a un científico de
Dios, es que Dios no se deja observar y se mofan diciendo que si
Dios existe, entonces, se esconde muy bien. Al no poderlo
observar, Dios se constituye en un objeto de investigación
no comprobable, no verificable, no científico, y por lo
tanto inexistente. Existen miles de millones de galaxias que el
humano no conoce; pero de que existen, existen; y él en la
limitación que le ofrece el método
científico decide que sólo existe, para la ciencia,
todo aquello que es evidenciado por la
experimentación.

El científico especula mientras construye sus
hipótesis que posteriormente comprueba
mediante la experimentación. El religioso especula con sus
creencias que posteriormente se traducen en experiencia personal sublime
de comunicación espiritual con la central
espiritual evolutiva de su mente.

No todos los humanos son científicos ni han
tenido experiencia personales con Dios; pero la realidad es que
sí hay muchos científicos que confirman las
bondades de la devoción religiosa; como también hay
muchos humanos de fe que se benefician de los logros de la
ciencia. Dios es una realidad profunda dentro de la mente y del
alma humana. Él está dentro de nuestro cerebro como
un Orientador Divino del Pensamiento que nos proporciona
armonía de mente y satisfacción de espíritu.
El cerebro es la mediación cósmica entre la materia
y el espíritu. Es decir que mediante el cerebro los
Orientadores de Pensamiento Divinos se personalizan, y es lo que
conocemos como dones divinos e inspiración
divina.

El cerebro humano ha sido el medio material para hacer
contacto con el mundo espiritual. Las ondas de
comunicación son nuestros pensamientos que vienen
elevándose conforme evoluciona el cuerpo receptor. La
sintonía se mejora con nuestra voluntad de
comunicación con el espíritu de verdad. Esto es
algo que podemos lograr individualmente. No es cierto que el
único conducto para llegar a Dios sean los líderes
religiosos.

La existencia en el pasado y en el presente de
científicos sabios, humildes y devotos creyentes en Dios,
demuestra que su creencia no es obstáculo para obtener
acertados resultados científicos. Lo invito a reflexionar
sobre el por qué debemos mover la creencia en Dios del
esquema filosófico planteado y por tanto ubicarlo por
fuera de cualquier concepción que el humano asuma frente a
la explicación de la realidad. Subrayo que Dios
está por fuera de la capacidad pensante del humano. Dios
puede o no puede existir, investiguemos o no investiguemos,
pensemos o no pensemos, filosofemos o no.

La filosofía, la ciencia y la espiritualidad
religiosa para los humanos debe ser una misma disciplina
estudiada desde diferentes puntos de vista. La filosofía y
la religión le ha venido diciendo a la humanidad que cada
humano crea su propia realidad; y esta afirmación viene
siendo comprobada conforme avanza la neurociencia
de la conducta humana;
precisamente el libro VIVAMOS AMPM-Manual de
Funciones Cerebrales
nos enseña cómo dar
mayor y mejor uso al cerebro para crear una realidad más
favorable individual y colectivamente.

Cuando la ciencia sea capaz de crear otro humano a
partir de la nada, estaremos frente a la prueba contundente de
que el espíritu no tiene posibilidades de existir fuera de
la materia. Dije a partir de la nada, porque todo lo que los
humanos hacemos no es más que cumplir con la ley universal de
la materia: nada se crea, nada se destruye, sólo se
transforma. Los humanos no creamos, ni siquiera el más
simple de los átomos, sólo descubrimos y
transformamos. Cuando usted está frente a un computador o
frente a un televisor o frente al más sofisticado aparato
electrónico está frente a la sumatoria de muchos
descubrimientos que transforma unos objetos en otros de mayor
elaboración.

Relación filosofía y
religión

Tanto la religión como la filosofía
pretenden explicar la esencia del universo, la sustancia
última de la materia y del espíritu, y en medio de
las distintas disciplinas del saber está el humano como
sujeto y objeto de investigación. Tanto los postulados
religiosos como los filosóficos son obra de la
razón. Mediante la devoción expresamos la creencia
en el más allá; mediante la filosofía nos
esforzamos en explicar lo que está más allá
de nuestros sentidos. En filosofía se expresan
pensamientos especulativos tanto como en las
religiones.

El combate entre la luz y las tinieblas de la
religión es similar al de la sabiduría y la
ignorancia de la filosofía y de la ciencia. El
filósofo debe descender de las alturas especulativas, para
merecer subir alto espiritualmente.

Teología y filosofía en la antigüedad
caminaron juntas y aún continúan agarraditas de las
manos. Mediante la filosofía se nos promete
sabiduría; mediante el temor a Dios también se nos
promete sabiduría. Las religiones nos enseñan a
admirar la sabiduría divina en la naturaleza; la
filosofía en el intento de explicarnos la naturaleza nos
hace sabios. Si vemos sabiduría divina en la
creación de animales y plantas cuanta
mayor sabiduría debemos ver en la creación de los
humanos, como resultado de un proceso evolutivo.

El Espíritu Universal del que tanto hablan los
filósofos en nada se diferencia de si es divino o no. A
Dios debemos conocerlo en espíritu dicen los religiosos.
La filosofía mediante la actividad del espíritu nos
acerca al conocimiento de la naturaleza, del hombre y por
qué no de Dios. El filósofo es un devoto del
espíritu que se materializa cuando piensa. La llamada
razón sujeta a equivocaciones en nada debe oponerse a la
fe.

Lo misterioso en las religiones es todo aquello que no
es conocido por la ciencia; para la filosofía y la ciencia
quedan muchas preguntas sin responder también. Mediante el
filosofar debemos estar en capacidad de comprender la
religión, mediante la teología debemos capacitarnos
para conciliarnos con los filósofos.

Exigir que elijamos entre Dios y la ciencia, porque el
idealismo no puede sostenerse sin Dios y Dios no puede existir
sin el idealismo, es una forma mecanicista de los materialistas,
es una manera de parcializar la explicación de la
realidad, es ser inconsecuente filosóficamente hablando.
Los inconsecuentes son Marx y Engels porque creen que no nos
podemos servir de la ciencia si creemos en Dios.

La filosofía nos debe servir para reforzar la fe
en Dios no para separarnos de Él. Es una pérdida de
tiempo para los idealistas pretender demostrar la existencia de
Dios; tanto como lo es para los materialista esforzarse por
demostrar su inexistencia.

Ahora bien, a la luz de las anteriores
reflexiones…

¿Es posible una tercera concepción
filosófica?

Si Dios existe independientemente de la capacidad
conceptual y filosófica del humano, nos indica que podemos
sacar a Dios del esquema filosófico planteado hasta ahora
y en nada lo afecta porque, repito, independiente de la capacidad
del humano para filosofar Dios existe o no existe, da igual como
ejercicio intelectual y para la actividad investigativa. Fe y
razón es un todo constitutivo del humano, recordemos que
el materialismo dialéctico concibe la realidad en su
totalidad. Y la realidad es que existen humanos de fe y humanos
de razón.

Una cosa es la 'totalidad para nosotros' es decir todo
aquello que podemos conocer los humanos; y otra cosa es 'la
totalidad en si'. En 'la totalidad en si' se halla todo, lo que
podemos explicar y lo que no podemos explicar, incluyendo a Dios.
No debemos excluir a Dios de la totalidad en sí,
independiente de nuestra totalidad. En el materialismo
dialéctico predomina la "totalidad en sí", y al
excluir cualquier posibilidad de existencia de algo estamos
siendo antidialéctico, en términos
filosóficos somos inconsecuentes al hacerlo. En estos
términos Marx y Engels fueron antidialécticos al
negar a Dios. Dios forma parte de la totalidad en sí,
independiente de la "totalidad para nosotros" El conocimiento
racional no debe ni puede suplantar la fe. Lo desconocido hoy no
necesariamente es inconocible siempre. La historia de la ciencia
nos ha demostrado que incesantemente estamos conociendo lo
inconocible. Los filósofos, científicos y
religiosos por separado reducen la capacidad de explicar la
realidad total.

El conocimiento es siempre conocimiento para alguien,
pensado por alguien, en la conciencia de alguien; no podemos
imaginar un conocimiento sin sujeto humano, existe un
conocimiento del mundo, de la naturaleza y del humano para
nosotros, no importa si creemos o no en Dios.

San Agustín (354-430 d. de C.) dice que de Dios
no podemos dar conceptos positivos pues en todos nos quedamos
cortos con nuestro entendimiento limitado. Dios es el que es. Su
esencia es su existencia, su ser es su existir, o sea que es
desde siempre. Y de ahí su frase: "La verdad es lo que
es"

Mucho después en la Edad media, en el siglo XIII,
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) nos insiste al respecto:
"Fe y razón están en armonía, cada una
tiene su propio dominio. A la fe
le corresponde lo sobrenatural y a la razón lo natural;
entre ellas no puede haber conflicto
porque las dos fueron otorgadas por Dios al Hombre. El hombre no
puede explicarlo todo racionalmente pues hay muchas verdades de
fe que permanecen en la región del
misterio"

Los ateos afirman que la idea de Dios es el producto de
las condiciones sociales y culturales objetivas del humano y que
la modificación de estas condiciones debe modificar sus
ideas. Indudablemente esto es así, siempre y cuando
tengamos mente abierta para aceptar los cambios.

Hasta aquí usted estará de acuerdo conmigo
de que perfectamente podemos ser materialista dialéctico,
si sacamos a Dios del esquema que vienen planteando algunos
filósofos y dar respuestas a los literales AB y a las
nueve primeras preguntas del literal C. De igual manera ya no
tendremos necesidad de hablar de mecanicista-metafísico,
sino simplemente actitud de método mecanicista, porque lo
metafísico nos lleva necesariamente a Dios (recuerde lo
subrayado) y si lo sacamos, nos queda sobrando el término
metafísico. En consecuencia, podemos hablar de actitud de
método mecanicista sin el parche
metafísico.

Cuando lea mi libro SEMILLAS DE PAZ-Filosofía
para todos (próximo a editarse)
y repase nuevamente
las respuestas del ABC de la filosofía excluyendo del
literal C la pregunta 10 verá que no se alteran para
nada.

Esta es una invitación cordial para que pensemos
que ha llegado la hora de plantear una tercera concepción
filosófica. El desarrollo de la ciencia y del pensamiento
humano ya hace posible concebirla.

Les recuerdo cuáles son las dos primeras: la
Concepción Filosófica Materialista que de
manera consecuente asume una actitud de método
dialéctico, que también se le conoce como la
concepción científica, la respuesta
científica, que exige la negación de Dios;
la segunda es la Concepción Filosófica
Idealista
que consecuentemente asume una actitud de
método mecanicista (sin el parche metafísico). Dos
respuestas opuestas, contradictorias e irreconciliables por
ahora.

Si una tercera concepción filosófica asume
el método científico, la respuesta
científica, el materialismo dialéctico, sin negar
la existencia de Dios, por las razones suficientes expuestas ya,
la podemos bautizar como la Concepción
Científica y Espiritual.

En mi libro sobre filosofía la desarrollo de
manera amplia. Antes de adelantarles cómo podría
concebirse esta nueva concepción, permítame
reflexionar sobre su justificación.

 

¿Es necesaria una tercera concepción
filosófica?

No soy jefe de ningún grupo
religioso como para que se crea que hago proselitismo; me
preocupa el daño que ha hecho y seguirá haciendo el
esquema actual de filosofía que mantiene en guerra a los
humanos de fe con los de ciencia; y como consecuencia de dicho
esquema; el rechazo a Dios induce a que muchos humanos de fe
poderosos económica y políticamente rechacen la
ciencia, y se entronice la ignorancia para las
mayorías.

Por ello quiero insistir que el materialismo y el
idealismo como está planteado hicieron indeseables la
ciencia, el estudio y el conocimiento para los humanos de fe, que
constituyen un altísimo porcentaje de la población mundial. ¿Ha visto a un
pastor de iglesia
multimillonario interesado en la investigación
científica y en la formación filosófica de
la humanidad? ¿Cuánto invierten los jefes de las
diferentes religiones del mundo en investigaciones
científicas? Casi nada, ¿verdad?

Los recursos monetarios y humanos que administran los
jefes de grupos religiosos
son grandes, sería muy provechoso para la felicidad de los
humanos que destinaran un significativo porcentaje de sus
presupuestos
para apoyar a neurocientíficos, psiquiatras,
psicólogos, sociólogos, médicos y a todos
los profesionales de la salud que se dediquen a
hacer investigaciones en el campo de la genética y
la neurociencia, que le permitan conocer mejor la
conformación genética y el funcionamiento del
cerebro del humano para comprender y mejorar su conducta que le
proporcionen felicidad y lo alejen de la guerra.

Desgraciadamente, muchos como Guillermo de Ockam
(1300-1349), perteneciente a la orden de los franciscanos
propició la separación de los humanos de fe de los
de ciencia con las siguientes afirmaciones: "Dios es voluntad
pura: fe y razón están separadas y por lo tanto, no
hay relación entre ellas; las verdades de fe no son
racionales. La teología es una ciencia revelada, Dios no
es ente de razón"
Esta forma de pensar era
comprensible en el año 1349, ¿Pero en el
2006?

Observen todo el daño que nos hace un error de
concepción planteado por siglos. Algunos filósofos
y científicos al rechazar a Dios, hacen que los humanos de
fe rechacen la ciencia y por ello con desprecio afirman: Los
científicos creen que lo que ellos pueden probar es todo
lo que existe.

Este rechazo se hace evidente en la Biblia, cuando dice:
"Pero la ciencia hincha; sólo la caridad edifica. Si
alguno cree saber algo, aún no sabe lo que conviene saber
– I Cor 8, 1-2
. Y lo que conviene saber, según los
religiosos, está única y exclusivamente en su
respectivo libro sagrado, por lo tanto no invierten un solo peso
en la investigación científica ni en la
formación filosófica de sus feligreses.

Richard Feynman, destacado físico, premio
Nóbel decía: "La misma emoción, el mismo
temor reverencial, el mismo misterio, regresan una y otra vez
cuando examinamos un problema en toda su profundidad. A medida
que adquirimos más conocimientos aparece un misterio
más profundo y maravilloso que lo atrae a uno a mayores
profundidades aún. Sin dejarse preocupar nunca por que la
respuesta resulte una desilusión, sino con placer y
confianza, removemos cada nueva piedra para encontrarnos con una
novedad inesperada que nos lleva a interrogantes y misterios
aún más maravillosos".
¡Ciertamente, una
gran aventura!" OH hermano, qué palabras de humildad las
de este físico, premio Nóbel.

Cuando el hombre asuma una tercera concepción
filosófica y consecuentemente concilie los beneficios de
la ciencia con los de la creencia en Dios, construiremos un mundo
mejor.

Son muchos los pasajes de la Biblia que dejan en
evidencia dicha separación. Hay una pelea casada en la
Biblia entre los humanos de fe contra los filósofo y los
científicos. En Sab. 13, 9 nos dice: porque si pueden
alcanzar tanta ciencia y son capaces de investigar el universo,
¿cómo no conocen más fácilmente al
creador de él?

Y ¿Qué tal el siguiente? "En efecto, lo
cognoscible de Dios es manifiesto entre ellos, pues Dios se lo
manifestó; porque desde la creación del mundo lo
invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son conocidos
mediante las criaturas. De modo que no tienen disculpas, son
inexcusables; por cuanto conociendo a Dios, no le glorificaron ni
le dieron gracias como corresponde. Al contrario, se
entontecieron en sus razonamientos y su insensato corazón se
convirtió en tinieblas. Creyéndose sabios, se
hicieron necios".
Rom 1, 18-22. Subrayo: "se entontecieron
en sus razonamientos y su insensato corazón se
convirtió en tinieblas. Creyéndose sabios, se
hicieron necios"
; para que veamos como la Biblia llama
insensatos, tontos y necios a los filósofos en sus
razonamientos.

Amigo lector, vaya pensando qué hacer con todos
los versículos de varios libros sagrados que incrementan
el antagonismo entre los humanos.

La triste realidad es que piedras van y vienen de cada
sector; por eso quiero destacar el tono conciliador del rey
Salomón cuando dice: "Dios de los padres y señor
de la misericordia, que con tu palabra hiciste todas las cosas. Y
en tu sabiduría formaste al hombre para que dominase sobre
tus criaturas, y para regir el mundo con santidad y justicia, y
para administrar justicia con rectitud de corazón. Porque
inseguros son los pensamientos de los mortales, y nuestros
cálculos muy aventurados. Pues si apenas adivinamos lo que
en la tierra sucede y con trabajo hallamos lo que está en
nuestras manos ¿quién rastreará lo que
sucede en el cielo? ¿Quién conoció tu
consejo si tú no le diste la sabiduría y
enviaste de lo alto tu espíritu santo? Así es
como se han enderezado los caminos de los que moran sobre la
tierra, y los hombres supieron lo que te es grato, y por la
sabiduría fueron salvos"
.- Sab 9, 1-3,
14-18

Sabiduría que se verá incrementada si
unimos los recursos de filósofos, científicos y
religiosos; porque en verdad la sabiduría llega a todo
aquel que con humildad y devoción la pide.

"Vanos son por naturaleza todos los hombres que
carecen del conocimiento de Dios, y por los bienes que
disfrutan no alcanzan a conocer al que es la fuente de ellos, y
por la consideración de las obras no conocieron al
artífice"
– Sab 13, 1

"Porque el espíritu del señor llena la
tierra, y Él que todo lo abarca, tiene la ciencia de
todo"
-Sab 1,7 Leyó bien: tiene la ciencia de
todo
, y yo agrego: Dios es el científico de
científicos, el filósofo de filósofos y con
toda seguridad no es
sectarista religioso, porque envía profetas para cada
continente y cultura.

Porque Dios nos da la ciencia verdadera de las cosas,
y el conocer la constitución del universo y la fuerza de los
elementos; y la facultad de pensar a los hombres
– Sab 7, 17.
Nos dio un cerebro que nos permite concebir a Dios, filosofar y
realizar investigaciones científicas.

"Si lo que se desea en el mundo es la riqueza,
¿acaso hay riqueza más grande que la
sabiduría, que todo lo realiza?
" -Sab 8, 5

Reitero con estas reflexiones, mi invitación para
que recorramos caminos de reflexión filosófica,
teológica e investigación científica que nos
permitan conocer al humano entre la paz y la guerra, entre la
construcción y la destrucción, entre
la vida y la muerte; sin negar a Dios, sin desechar su valiosa
inspiración.

A propósito de Marx, me gusta cuando afirma que
no se trata sólo de explicar el mundo, cuando en realidad
de lo que se trata es de transformarlo y qué mejor que
hacerlo con la ayuda de Dios y la ciencia mi ilustre Marx y todos
sus amigos marxistas.

¿Qué hacer con los versículos
antagónicos existente en los libros sagrados de las tres
religiones con más feligreses en el mundo? La respuesta la
sugiero en la segunda parte de este ensayo.

Es importante identificar una ideología, una concepción lo
más homogénea posible que nos permita avanzar hacia
una sociedad justa, que necesariamente no nos conduzca a la
guerra so pretexto de la paz.

Veamos un pequeño adelanto de lo que significa
una nueva concepción filosófica. Si desea leerla
completa la encontrará en mi libro SEMILLAS DE
PAZ-Filosofía para todos,
cuando sea editado. El
debate ha
estado y continúa abierto.

Tercera concepción filosófica:
Concepción Científica y
Espiritual

Antes de Karl Marx
(1818-1883) y Frederick Engels (1820-1895) que fueron amigos y
colegas de concepción; se imponía el materialismo
alemán con Ludwig Feuerbach (1804-1872); materialismo
inglés
con John Locke (1632-1704) y Diderot (1713-1784) el materialismo
francés con René Descartes(1596-1650), y la
dialéctica del alemán Guillermo Federico Hegel
(1770-1831) y Heráclito de Efeso (544-484 a. de C.) lo que
faltaba por hacer era vincular en matrimonio lo uno
con la otra, y efectivamente lo hicieron Marx y Engels
desarrollando el materialismo dialéctico, que une la
concepción filosófica materialista con la actitud
metodológica dialéctica vigente hasta nuestros
días, en lo esencial; y complementariamente unieron la
concepción filosófica idealista con la actitud de
método mecanicista-metafísico en todas sus
exposiciones; aunque no lo hicieron de la manera esquematizada y
sencilla como yo la he querido presentar. En otras palabras, Marx
y Engels toman los conceptos básicos, fundamentales del
materialismo de Feuerbach y otros, su médula racional y lo
mismo hicieron con la dialéctica de Hegel y la
desarrollaron integrando el materialismo
dialéctico.

Igualmente yo invito a que tomemos la médula
racional del materialismo dialéctico de ellos (Marx y
Engels) desechando lo que racionalmente consideremos que es el
momento de desechar, sin dejar de reconocer por supuesto la
grandeza de su obra; y mejorarlo en una concepción
filosófica mediadora que he sugerido llamarla
Concepción Científica y Espiritual, y de
esta forma estaremos siendo más dialéctico,
más totalizante, por que el sujeto que filosofa es materia
y es espíritu.

Esta tercera concepción lleva implícita la
trilogía del progreso material y espiritual de la
humanidad: Unión de filósofos, científicos y
religiosos; que podemos resumir así:

Fe en la ciencia y en la espiritualidad.

Reconocimiento del poder de la fe, de la razón y
de la experiencia científica, sin ser excluyente, para la
obtención del objetivo 1A de la humanidad: convivir
felices y en paz.

Defensa del ejercicio del libre albedrío tanto en
los asuntos terrenales como divinos, siempre pensando en el
objetivo 1A de la humanidad.

Posibilita la alianza trina: Dios, humano y ciencia para
la consecución del objetivo 1A de la humanidad. Para que
sea práctica y efectiva esta trinidad es necesaria la
previa conciliación de todas las religiones en torno a un solo
Libro Sagrado Universal que facilite una nueva concepción
teológica unificada, idea que se desarrolla en la segunda
parte del presente capítulo.

Partes: 1, 2, 3, 4
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